La policía de Rumania lanzó esta campaña bastante económica pero efectiva. La idea era buscar una forma de recordarle a la gente que no maneje mientras bebe. La solución fue poner estos adhesivos en los urinarios de los bares y pubs, como una prueba para ver si las personas lograban orinar sin salirse del camino. Se asume que un borracho no puede mantenerse quieto de pie.
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Vía Adsoftheworld