¡No dispares!

Enrique Dans publicó hace poco en su blog un artículo titulado ¡No dispares!. Es una reflexión del actual modelo de marketing empleado por las empresas, el cual encaja perfectamente en analogía con las actividades empleadas en la guerra. La empresa ve a sus clientes como «enemigos» o «víctimas» a los que se debe atacar con todas las armas marketeras posibles.

Mientras el cliente buscar huir y evitar el bombardeo publicitario y promocional de todos los medios, las empresas buscan nuevas formas y espacios en los cuales sea mucho más difícil evitar ser impactado por los mensajes.

Primero fueron la televisión, la radio y los medios escritos. Ahora encontramos publicidad en todos los sitios imaginables: paneles, páginas web, emails, productos de merchandising, antes de iniciar la función en el cine, en las vallas de los estadios, en la pantalla del telefono celular, en los uniformes de deportistas y curvilíneas anfitrionas.

El problema no radica en la omnipresencia de la publicidad, sino en su caracter intrusivo, se te mete por los ojos y los oidos sin que lo hayas pedido o querido. A veces resulta agradable ser sorprendido por campañas bien desarrolladas, pero la mayoría de veces ese no es el caso.

Concuerdo con Dans en que el marketing debe evolucionar a establecer diálogos entre empresa y consumidores, sustituyendo al actual bombardeo, que lo único que provoca es saturación y sentimientos negativos hacia el anunciante.

Entre los ejemplos extremos de publicidad intrusiva está el terrible spam, las llamadas telefónicas ofreciendo servicios (uno dice que no quiere el servicio, pero siguen llamando), los popups (ventanas emergentes) en páginas web, los mensajes de texto a los celulares (si señores, la publicidad a móviles llegó a Peru, sino preguntenle a esa empresa de telefonía móvil que acaba de ser comprada por su principal competidor) y las maratónicas tandas comerciales de los canales de TV de señal abierta.

Recomiendo la lectura de «Â¡No Dispares!» para tener más información al respecto.

Ver ¡No Dispares!